Tratamiento del Alzheimer

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El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa y una de las formas de demencia más comunes. El Alzheimer se caracteriza principalmente por la pérdida de memoria, pero se dan también otros síntomas relacionados con el comportamiento o la conducta.

La mayoría de casos de Alzheimer suelen darse en personas mayores de 60 años, pero por desgracia se han detectado casos en personas más jóvenes. La enfermedad puede avanzar de forma distinta en las personas afectadas, pero en muchos casos se dan síntomas comunes.

Al inicio del desarrollo de la enfermedad del Alzheimer algunos síntomas pueden pasar desapercibidos, por ello conocer la sintomatología así como pedir ayuda y una evaluación médica es de suma importancia al inicio de la enfermedad.

Todavía queda mucho por conocer de la enfermedad del Alzheimer, y actualmente, no existe un tratamiento efectivo que pueda detener o modificar el deterioro neurobiológico de la enfermedad del Alzheimer.

¿Para qué sirven los tratamientos del Alzheimer?

Cuando se diagnostica la enfermedad del Alzheimer, se recetan distintos fármacos. Estos fármacos no modifican el curso de la enfermedad ni la detienen, pero ayudan a paliar algunos síntomas, disminuyendo su intensidad y contribuyendo a una mayor calidad de vida tanto de paciente como de sus familiares.

Los medicamentos para el Alzheimer se usan generalmente para mitigar los síntomas e intentar incrementar el bien estar del sujeto. Algunos de los medicamentos que se usan en el tratamiento del Alzheimer son:

  • Memantina: Es eficiente a nivel cognitivo para el funcionamiento global y el desempeño de las actividades de la vida diría. Este fármaco se relaciona con el glutamato que también está implicado en algunas otras funciones cognitivas.
  • Inhibidores de la acetilcolinesterasa: Estos inhibidores, según indican distintos estudios, podrían retrasar la degradación de la acetilcolina, el neurotransmisor que está implicado en los procesos de memoria y aprendizaje. Su acción permite, al menos temporalmente, potencia algunas funciones cognitivas como la memoria o la atención. Algunos resultados de estudios clínicos han concluido que estos medicamentos podrían actuar favoreciendo el desarrollo en el día a día de las actividades diarias.
  • Fármacos para las alteraciones conductuales: Cuando la enfermedad está más desarrollada pueden darse alteraciones conductuales, por lo que el neurólogo podría querer prescribir algún fármaco para el control de algunas alteraciones del ánimo como la depresión o la ansiedad, alteraciones psicóticas como alucinaciones o ideas paranoides y alteraciones conductuales, principalmente agresividad, agitación o problemas de sueño. Si los trastornos conductuales están muy desarrollados, suelen darse antipsicóticos, como la quetiapina y la risperidona. Cuando los síntomas más graves son los de tipo afectivo, se suelen dar fármacos antidepresivos. No se suele recomendad el uso de sedantes o ansiolíticos.

Terapias no farmacológicas

Existen otro tipo de terapias no farmacológicas que también pueden ser beneficiosas para los pacientes de Alzheimer. Entre ellos podemos hablar de los programas de estimulación cognitiva. Este tipo de tratamientos pueden darse de forma individual o en grupo, y son muy útiles para potenciar las capacidades cognitivas de los pacientes, ayudándoles a preservar mayor tiempo su bien estar.

Existen algunas actividades que les ayudan a conectar con su entorno manteniendo más tiempo una orientación de realidad y no perdiendo tanto el control del día o momento en el que se encuentran.

A lo largo de todo el proceso de la enfermedad, es importante trabajar las estrategias de atención centradas en la persona. Estas favorecerán el cuidado individualizado partiendo de el estado particular de cada paciente.

Todos aquellos cuidados y tratamientos que ayuden a que el paciente se sienta cómodo y más relajado ayudarán también durante el proceso de la enfermedad. La musicoterapia por ejemplo, ha demostrado ser muy útil ya que se sirve de la música como elemento para mejorar el estado de ánimo y favorecer la atención y el recuerdo.

Este tipo de medidas no farmacológicas son complementarias a los tratamientos, no sirven como sustitutivo de, si no como un apoyo mutuo para mejorar el estado de los pacientes de Alzheimer.

Ante cualquier duda acerca de los tratamientos del Alzheimer que pueda tener, no dude en contactar con nuestros profesionales de nuestra residencia de ancianos en Valencia y le asesorarán en todo lo que sea posible.

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